Iglesia Ortodoxa Autocéfala de las Américas (IOAA)

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martes, 25 de junio de 2013

Redimidos por la Sangre de Cristo...




Carta Pastoral:
Redimidos por la Sangre de Cristo



¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

“¡Cuánto más, pues, siendo justificados por su sangre, seremos por Él librados de la ira! Rom 5,9

Ahora, queridos hermanos en Cristo, les quiero hablar de un tema fundamental para la Iglesia en general y para cada cristiano en particular, tema sobre el cual descansa la fe de la Iglesia: La justificación por la Fe.

Es un hecho conocido y aceptado por todas las Iglesias CRISTIANAS, que, desde Adán y Eva, hasta nuestros días “Todos han pecado y se encuentran privados de la gloria de Dios” Rom 3,23; “Si decimos que no hay pecado en nosotros, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no esta en nosotros.” 1 Jn 1,8.
Y solamente podemos ser salvos por la Fe en Jesucristo: “Porque por medio de Él es revelada la justicia de Dios por Fe y para Fe. Como esta escrito: El justo será salvo por la Fe.” Romanos 1,17
Resumiendo:
Somos salvos por la Fe en Jesucristo (Rom 1,17) y justificados por la sangre de Jesucristo (Rom 5,9) y no por obras de la carne ( “porque ninguna carne es justificada delante de Él por las obras de la ley” Rom 3,20; Gal 2,16; Tito 3,5).

¿Qué significa esto?
-          Que la salvación es un don gratuito de Dios (“Porque es por su gracia que hemos sido salvos, mediante la fe; y esto no surgió de ustedes, sino que es don de Dios”. Ef 2,8
-          Por tal motivo nadie debe jactarse (Ef 2,9)


Es ahí donde empiezan las contradicciones entre muchos cristianos, que suponen que pueden comprar con las riquezas del mundo el “don de Dios”. (Hch 8,20)
Las “riquezas del mundo” son las (supuestas) buenas acciones, oraciones, peregrinajes, penitencias, ministerios, apostolados, ofrendas y todo aquello que hacen creyendo que con eso “compraran su salvación (el don de Dios).
¿y que es lo que produce esta herejía?
Que muchos (supuestos) cristianos que oran mucho, ayunan, ofrendan, predican, hacen “obras de caridad”, y muchas otras cosas piensen que están comprando o por lo menos aportando “algo” a su salvación.
¡Error!
La salvación realizada por nuestro Señor Jesucristo fue perfecta, completa, la obra redentora de Cristo fue TOTALMENTE CONSUMADA POR SU SANGRE, Él mismo lo dijo en la cruz: “He aquí, consumado es”. Jn 19,30

Y esto hace que se despierte en el corazón de esos (supuestos) cristianos muy variados sentimientos:
-          Orgullo
-          Soberbia
-          Desprecio por los demás
-          El deseo de querer juzgar a los demás que no son tan “perfectos como ellos” (según su propia opinión).
-          Criticas
-          Chismes
-          Enemistad
-          Contiendas
-          Ira
-          Divisiones
-          Sectarismo
-          Rencor (Gal 5,19-20).

Cuanto entendemos que la salvación que nos otorgo nuestro Señor Jesucristo es un REGALO, transforma nuestro corazón, y empezamos a sentir:
-          Amor
-          Gozo
-          Paz
-          Paciencia
-          Afabilidad
-          Bondad
-          Confianza
-          Humildad
-          Dominio de si mismo (Gal 5,22-23)

Los cristianos, debemos estar siempre agradecidos con nuestro Señor Jesús, y recordar que nosotros no debemos juzgar a nuestro prójimo (Lc 6,37).

Nuestro PROPOSITO como parte de la familia de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de las Américas es GANAR EL MUNDO PARA CRISTO, lo cual consiste en que:
-          Las personas conozcan a Dios (Jn 17,3)
-          acepten a Cristo (Rom 10,8-10),
-          se bauticen en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19),
-          sean parte de la Iglesia y no dejen de congregarse (Heb 10,25) para la Celebración de la Divina Liturgia (Hch 2,42.46; Hch 20,7; 1 Cor 11,23-28;),
-          participando del Sacramento del precioso Cuerpo y la preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo (Jn 6,54-58)
-          alimentándonos de la Palabra de Dios (Jn 17,17; Jn 5,39)
-          y llevando una vida piadosa (Fil 1,27).

Dios nos ha salvado por medio de su Hijo Jesucristo por pura misericordia y ahora nos da el PRIVILEGIO de alcanzar a otros para que también reciban esta salvación.
Desde el tiempo de los apóstoles hubo el intento de “comprar” el DON DE DIOS, vasta recordar a Simón el mago (Hch 8), a este pecado se le llama el pecado de Simonía. La mayoría de las personas relaciona esto con la “venta de indulgencias”, la venta de los Sacramentos o de los puestos clericales que se llevaron a cabo en el oscurantismo (y que tristemente todavía se lleva a cabo en muchas iglesias), pero también tiene que ver con la idea de querer comprar la salvación mediante las obras.

Los cristianos debemos vivir santamente, pero no porque con eso vayamos a comprar nuestra salvación, sino como una expresión de nuestro amor para con Cristo por la salvación que nos regalo (St 2,26; 1 Jn 4,8).

En estos tiempos más que nunca, en los cuales la mentalidad es que (supuestamente) todo se puede comprar, que todo tiene un precio, debemos volver a las fuentes de la Fe de la Iglesia y entender que fuimos comprados (rescatados) a un alto precio (uno que ningún ser humano podía pagar), fuimos comprados por la bendita sangre del Cordero de Dios, somos justificados por la sangre de nuestro Señor Jesucristo, sin que nosotros hayamos hecho nada para merecerlo.

Oremos por aquellos que viven queriendo comprar su salvación y que jamás lo conseguirán.

Oremos por aquellos que son victimas de estafadores que les dicen que les pueden vender su salvación.

Oremos por aquellos cuya Fe es un negocio, para que se arrepientan.

Oremos por aquellos que ponen su confianza en los hombres o en iglesias y algunos en su “canonicidad) y no en Cristo, para que entiendan que “Y en nadie más hay salvación, porque no existe otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres por medio del cual hayamos de ser salvos”. Hch 4,12

Si deseas conocer más de Cristo, si deseas entregarle tu vida al Señor Jesús, si deseas que oremos por ti por alguna necesidad en particular o descubrir las maravillas que Dios te tiene deparadas, comunícate con nosotros.

Desde hoy todos los que formamos la familia de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de las Américas estaremos orando por ti y por los tuyos.

Su hermano en Cristo:

Monseñor +Atanasio
Obispo.

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