Iglesia Ortodoxa Autocéfala de las Américas (IOAA)

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jueves, 12 de septiembre de 2013

Sermón: "Robándole a Dios..."



Robándole a Dios

“Escuchen esta otra parábola: «El dueño de una finca plantó una viña; le puso una cerca, cavó en ella un lagar, levantó una torre, y la arrendó a unos labradores. Luego se fue lejos. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus siervos para que les entregaran la cosecha. Pero los labradores agarraron a los siervos y a uno lo golpearon, a otro lo mataron, y a otro más lo apedrearon. El dueño envió de nuevo a otros siervos, más que los primeros, y los labradores hicieron lo mismo con ellos. Finalmente, les envió a su hijo, pues decía: “A mi hijo lo respetarán.” Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí: “Éste es el heredero. Vamos a matarlo, y así nos quedaremos con su herencia.” Entonces, lo sacaron de la viña y lo mataron. Así que, cuando el señor de la viña venga, ¿qué hará con esos labradores?» Le respondieron: «Destruirá sin misericordia a esos malvados, y arrendará su viña a otros labradores que le entreguen el fruto a su tiempo.»

Jesús les dijo: «¿Nunca leyeron en las Escrituras:»
“La piedra que desecharon los constructores, ha venido a ser la piedra angular. Esto lo ha hecho el Señor, y a nuestros ojos es una maravilla”?
Mt 21,33-42

Hermanos y hermanas en Cristo:

¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

El texto que hemos de meditar en esta semana (Mt 21,33-42), tiene dos interpretaciones correctas.

La primera, la cual es la tradicional, es que el dueño de la finca (Dios) planto una viña (un pueblo escogido), le puso una cerca (la protegió con su brazo poderoso. La arrendo a unos labradores (los judíos), cuando llego el tiempo de la cosecha (la plenitud de los tiempos Gal 4,4) envió a algunos de sus trabajadores (los profetas) por la parte de cosecha que le correspondía (una entrega total a Dios). Pero ellos mataron a los enviados del dueño del viñedo. Entonces envió a su Hijo (Cristo), pensando que a Él si lo respetarían, pero decidieron sacarlo del viñedo (Jerusalén) y le dieron muerte (lo crucificaron) creyendo que con ello se quedarían con el viñedo (podrían vivir según sus antojos). Desecharon la piedra angular (Jesucristo).

Pero, el día de hoy, quiero hablarles sobre la segunda interpretación, ya que la primera nos sirve para conocer la Pasión de nuestro Señor Jesús, pero la segunda nos sirve para nuestra edificación.

En la primera interpretación se nos pone de manifiesto el pecado del pueblo judío. En la segunda se pone de manifiesto nuestro pecado.

Dice la lectura que: “el dueño de una finca”.
El dueño de esa finca es Dios. Dios es el único Señor, Creador y Dueño de todo lo que existe. A los cristianos nos gusta pensar en Dios como “Padre”, como “Amor”, pero no nos gusta pensar en Dios como DUEÑO, SEÑOR, REY Y CREADOR.
Cuando le preguntaron a nuestro señor Jesús si era valido pagar tributo al Cesar, les pidió que le presentaran un denario, y el les dijo: “Den al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. Pero se nos olvida que TODO es de Dios. La respuesta es una respuesta muy buena, sabia y sarcástica: TODO  es de Dios. Así lo dice la Divina Liturgia de san Thikon “Todo es tuyo Señor y de lo tuyo te damos”. ¿Qué le toca al Cesar? Solo lo que Dios le quiera dar, ya que TODO ES DE DIOS.

La finca simboliza nuestra vida.
Los que no conocen a Dios y muchos que “dicen conocerlo” afirman: “son mis cosas”, “es mí tiempo”, “son mis hijos”, “es mi dinero”, “es mi vida”.
Oh, gente dura de corazón y de ojos ciegos,  no se dan cuenta que todo lo que tienen es de Dios, no de ellos. Dios solo se los ha prestado por un breve tiempo. Es por no entender eso, que cuando pierden dinero, propiedades, casas, a un familiar o ellos están enfermos, entran en crisis, y algunos “pierden la fe”.

Continua la Palabra de Dios diciendo: “plantó una viña; le puso una cerca, cavó en ella un lagar, levantó una torre…”
Dios nos ha dado vida, salud, una familia, comida, trabajo, la fe y el inmenso tesoro de la redención.
¡¡¡Todo nos lo ha dado Dios!!!
¡¡¡Somos lo que somos por la inmensa misericordia de Dios!!!

“y la arrendó a unos labradores”.
No dice que se las regalo o se las vendió… se las arrendo. Nosotros no somos dueños de la vida que tenemos, solo somos administradores.

“Luego se fue lejos.”
Esto solo tiene sentido para los cristianos: Cristo se fue “lejos” cuando Ascendió a los Cielos. Para alguien que no es cristiano, esta frase no tiene sentido. Esto solo es dado a ser entendido por los que son hijos de Dios.

“Cuando llegó el tiempo de la vendimia”.
El tiempo de la vendimia (cosecha) es cuando le hayamos de dar cuentas a Dios por el uso que le dimos a los dones, talentos, carismas, bendiciones y sobre todo: cuanto aprovechamos su gloriosa gracia. Hoy en día, en lo que menos piensan los cristianos es en la muerte, suponen que vivirán por muchos años (¿para siempre?). Les da miedo pensar en la muerte y en el juicio de Dios. Con lo cual, me llevaría a pensar que no conocen a Dios y por lo tanto no han Nacido de Nuevo, ya que el que ha Nacido de Nuevo ha recibido al Espíritu Santo y clama a Dios como ¡Padre! No lo teme como a un Juez severo, al contrario. Los cristianos suspiramos y deseamos ardientemente ir pronto a la Casa Paterna y gozarnos de amor de Nuestro Padre celestial.
A lo largo de las Sagradas Escrituras se nos amonesta a pensar que nuestra vida “es muy corta”, como “una flor que se marchita”. Los santos Padres de la Iglesia nos exhortan constantemente a pensar que la verdadera Patria de los cristianos es el Cielo, que somos peregrinos y que debemos prepararnos para ir al encuentro de Dios.

para que les entregaran la cosecha”.
Dios nos va a pedir que le entreguemos lo que es suyo: nuestra vida, tiempo, dinero, amor, servicio, etc.
Cuando uno no le entrega a Dios lo que le corresponde a Dios, se vuelve un ladrón, y uno de la peor clase, ya que le estamos robando a ¡Dios!
Cada vez que faltas a la Divina Liturgia por que “tienes cosas importantes que hacer”, te conviertes en ladrón, ya que ese tiempo es de Dios. Lo que para ti es importante para Dios es basura. ¡Como te atreves a comparar la adoración al Dios Único y Verdadero con tus quehaceres, con tus faenas! ¡No eres capaz de pasar una hora o dos en adoración el domingo y esperas pasar toda la eternidad ante el Todopoderoso en adoración! ¿Te aceptara por toda la eternidad a Aquel que rechazaste por una o dos horas el domingo?
¿Tú, hermano, que no ofrendas, esperas que Dios te entregue el tesoro de la Vida eterna?
¿Tú que no has perdonado a tu prójimo que te ofendió esperas ser perdonado por Dios al que has ofendido tanto y tantas veces?
¿Tú que no fuiste capaz de dejarte pastorear por los pastores que Cristo instituyo (Obispos y presbíteros) esperas ser parte del rebaño del Príncipe de los Pastores?
¿Tú, que cayas, que te avergüenza hablar de Cristo, no sabes que Cristo se avergonzara de ti cuando venga en las nubes del Cielo en la gloria de su Padre Celestial?
Tú, soberbio, que no haz aprendido a ser humilde, aprende el ejemplo del Maíz, cuando esta verde (inmaduro) esta completamente derecho, duro, inflexible, en lenguaje humano: esta como tu, totalmente SOBERBIO. Cuando esta listo para la cosecha, se le encuentra doblado por el peso de su FRUTO, es decir, cuando un cristiano (a ejemplo del Maíz) madura se vuelve humilde y se humilla (se dobla) ante su creador.
¿El Maíz será más humilde y más espiritual que tú?

“Entonces, lo sacaron de la viña y lo mataron.”
Todos los que sacan a Cristo de su vida (sacarlo de la viña) lo terminan crucificando de nuevo. Ya no de forma literal y para nuestra redención, sino espiritual: “¡Eso sería volver a crucificar al Hijo de Dios para ellos mismos, y exponerlo a la vergüenza pública!” (Heb 6,6)

Los que no conocen a Cristo, lo tienen fuera de su viña. Ellos nunca lo han recibido, pero por lo mismo nunca lo han echado fuera, ya que nunca a entrado en “esa viña”.
Pero tú, cristiano, que dices haberlo recibido, como te atreves de vivir como si Cristo no existiera, como si su obra redentora no tuviera ningún valor, aferrándote a pecados, a la apatía, a la tibieza, a la mentira o a cualquier otro vicio o pecado. Al hacer esto ¡Crucificas de nuevo al Hijo de Dios (Heb 6,6) y pisoteas su bendita y gloriosa Sangre por la cual somos justificados (Rom 5,9).

Levanto la voz a todos ustedes, a los cuales Cristo ha llamado a esta augusta y santa samblea, para que le entreguen al dueño de la Finca (Nuestro Padre Celestial) su parte de nuestra viña, es decir: ¡En el Nombre glorioso de Cristo los llamo a que le entreguen al Padre Celestial TODA SU VIDA, REPITO, TODA SU VIDA!

Compórtate como hijo de Dios y no como un vil ladrón.

Gloria, alabanza y honor a la Santísima e indivisible Trinidad. Amén

Dios Trino y Uno los bendiga y los guarde hoy y siempre.

¡¡¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!!!

Su hermano y amigo en Cristo:

Su Beatitud +Atanasio
Arzobispo Metropolitano
Iglesia Ortodoxa Autocéfala de las Américas.

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