Es justo en verdad magnificarte
Oh Theotokos, siempre Bienaventurada e Inmaculada, Madre de Dios nuestro. Más
honorable que los Querubines y más gloriosa que los Serafines; Tú, que sin
mancilla diste a luz al Verbo Dios, verdaderamente eres la Madre de Dios, por eso, te
engrandecemos.
Oh protectora de los cristianos
indesairable, Mediadora ante el Creador irrechazable, no desprecies las
súplicas de nosotros pecadores, sino acude a auxiliarnos como bondadosa, a los
que te invocamos con fe. Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
Oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.
A Ti María, te cantamos como
victoriosa, tu pueblo ofrece alabanzas de agradecimiento, pues de los apuros
Theotokos nos has salvado, tu que tienes invencible y excelsa fuerza, de los
múltiples peligros libéranos, para que exclamemos a Ti, ¡Alégrate, Oh Madre
Virgen!
Es verdaderamente digno el
exaltarte, oh theotokos, siempre bienaventurada e inmaculada, Madre de Dios,
más honorable que los querubines e incomparablemente más gloriosa que los
serafines, tú que sin mancilla diste a luz al verbo Dios, verdaderamente oh
theotokos, te magnificamos.
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